Lo mejor de la artesanía mexicana se encuentra representado en los tapetes que se elaboran en Oaxaca. Isaac Armando Martínez Lazo pertenece a la tercera generación de tejedores en su familia, en Teotitlán, y comenzó a tejer a una edad muy temprana. Aún cuando Armando respeta la tradición profundamente, le gusta innovar y aprender nuevas técnicas. A su edad, ya ha sido acreedor a diversos premios por su excelente trabajo. Francisco Martínez Ruiz, su padre, nació en 1963 en Teotitlán del Valle, Oaxaca, en donde se inició en el tejido como ayudante a la edad de ocho años. Su padre sólo tenía un telar y Francisco empezó haciendo el trabajo final de los tapetes una vez que el tejido en el telar terminaba. empezó tejiendo los diseños que hacía su padre, eventualmente encontrando su propio estilo. Su primer tapete fue la copia de una pintura de Diego Rivera. El resultado le gustó, y lo llevó a desarrollar otras técnicas que ahora enseña a las generaciones más jóvenes. La familia Martínez utiliza tintes naturales que son elaborados de manera cuidadosa, tanto en la gama de colores que resultan, como en la calidad del mordente, ya sea jugo de limón u hojas de bejuco, entre otros. La calidad de los tapetes varía. Una buena pieza tiene un tejido más apretado con un mayor número de hilos por centímetro cuadrado. Mientras más hilos tenga, su calidad es mayor y durará más tiempo. Si la urdimbre es de algodón, el tapete será más resistente y tendrá más cuerpo, mientras que aquéllos con urdimbre de lana son más suaves y de mayor valor.